AeropuertAs

Mostró las uñas sobre la escalera metálica. Sentía el estómago reventado por dentro, un ardor que le revolvía antiguas sensaciones de placer. El olvido lo ensuciaba todo, se empeñaba en arrastrar cualquier bienestar hasta el borde de lo negro.
Con los pies lastimados tanteó el filo. Quizá se sentía más alta. Su cuerpo se erguía sobre llagas. Apretó los ojos para que no se escapara más agua. Su interior era una gran salina de la que se desprendía humedad. La abrazó un temblor. El frío cubrió su piel con un saco largo hasta los pies. Una desnudez total se agazapaba tras botones y telas. Ella, prisionera de sangre, era una animal ulcerado con forma de mujer.
Afuera la ciudad. Aeropuertos vacíos, desayunos con nadie, tardes de café sin sol y camas enormes.
Al fin consiguió escaparse de la maleta de carne. Subió presintiendo lo imposible, y se dejó llevar.

14 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Qué desolación!!!

Besos.

letras de arena dijo...

Este relato está hecho de sombras rojas de antiguas realidades que no pueden borrarse. Que no se agote tu prosa sea negra o roja.
Un abrazo muy fuerte.

Arcángel Mirón dijo...

A veces, muchas veces, quiero huir, pero no tanto como ella. Quiero llevarme conmigo.

Te abrazo.

dEsoRdeN dijo...

Chica inteligente, pues...

José Ignacio García Martín dijo...

Así, ligera de equipaje, se vuela mejor, aunque a veces duela soltar el lastre.

Besos aéreos.

Sandra Sánchez dijo...

Más vale viajar sola que mal acompañada..
;)

Palabras enlazadas dijo...

Tengo un escrito, no más de un folio, muy parecido a esta entrada.
Así es que lo leo con más sentimientos y emociones. Algún día te lo enseño.;-)
Un placer leerte.
Encarna.

Leandro dijo...

Siempre un placer...No importa donde esté...Perdón por la ausencia

Druida de noche dijo...

A un aeropuerto arriba un sueño. En la plataforma, ve pasar una mujer arrastrando una maleta pesada de pasados, y se lleva a sí misma a todos lados. Entonces el sueño la sueña, y ella comienza a flotar, y está liviana, y la maleta se cae al suelo y se abre de par en par, y salen mariposas volando, pasados, vuelan y solo quedan futuros, y también el sol y una sonrisa que te espera.

Néstor Luis González dijo...

Música favorita:
Sólo la que Transporte "en eso soy irreductible". jeje. Me gustó eso último de cuanto leí en tu perfil, Como el poema de Oliverio Girondo sobre la mujer que vuela. ...y en eso soy irreductible!!

El post... es bueno, me gustó sobre todo el principio. Saludos. =)

chicosoquete dijo...

la maleta de carne... esa es buena, voy a empezar a usarla

Fogel dijo...

Lamentablemente, más de una vez huir es la única salida que vemos...ojalá no fuera así. Un abrazo enorme.
PD: Me voy un tanto apenado de partir.

malditas musas dijo...

toro, des-sol. Sí...

letras, será que los rastros nunca son antiguos

arcángel, y dónde irías con vos?

desorden, tal vez inteligencia emocioinal, tal vez...

pulgacroft, qué gusto volver a encontrarte por aquí ;)

poesía intimista, encarna: me gustaría mucho leerlo, cómo hago?

leandro, el placer es mío, gracias por volver a estas páginas

druida de noche, bienvenida. El sueño que te sueña... muy borgeano :) me gusta

néstor luis gonzález, bienvenido. Girondo ha dicho lo más importante... al resto sólo nos queda repetir :)

chicosoquete, cuidado con los cierres que son delicados

fogel, escapar de nuestras miserias es más frecuente de lo que parece, o no? aunque siempre nos alcancen...

A todos
Gracias.

Abrazos***************************
musa

Clarice Baricco dijo...

A veces yo quiero dejarme llevar.

PD. Me ha dolido lo que ha pasado con México y esa marginación y de ser el patito feo ante el mundo. Aún así, salimos adelante. No es la primera vez y creo que tampoco será la última. Unas ciudades fueron más abatidas que otras. Y el DF (ciudad de México) se convirtió en un caos. El problema existe, pero también se ha politizado muchísimo. Tanto que muchos creen que es un distractor político o que es una farsa. Y otros, pues creen que sí es un virus. Apenas está viniendo la calma de retornar a actividades. Veremos que sucede después.
Te agradezco mucho que te hayas acordado de mi. Y que tu tía habiete en una ciudad tranquila.