Con clavos en los ojos,
miro la pared.
Pienso en vos.
Los dedos
se beben mi sangre.
Tu boca viaja hacia mí
y besa mi piel amarga.
Luego todo me fagocita entera.
Quién me habrá mandado
a pensarte.
Ya disuelta en tu estómago,
te espío.
Me recordás
con los libros de inglés,
como si fuera aún aquella tarde.
Pero hoy estamos solos,
uno dentro del otro.
El recuerdo no es más
que un juego de cajas chinas.
Observamos paredes
y la tarde aniquila retratos.
Los clavos se oxidan.
10 comentarios:
Un juego de cajas chinas o de muñecas rusas.
El recuerdo también es una trampa.
Cambia con nosotros y muchas veces no refleja lo que sucedió.
Besos.
Como todo lo demas tambien ocurre
Muy Interesante
Me ha gustado mucho.
Es curioso como se repite en muchas culturas, un tipo de objeto como las cajas chinas o las muñecas rusas, infinitas mujeres encerradas unas dentro de las otras y como no pude ser de otra manera, cada una más diminuta que la anterior.
Un abrazo
Terrible, Musa. Duelen, los clavos, aunque vayan de adentro hacia afuera.
Hermanita Mussarella, que bonita idea la de estar uno dentro del otro, como cajas chinas.
Un abrazo
inspirador
Lepra de tu nombre
me cubre el cuerpo
de pústulas floridas
y heridas que son labios
toro, es cierto, el recuerdo ES REINVENTADO continuamente por nosotros...
markos carrasco, bienvenido, será que el óxido ocurre y transcurre
letras, veo esa repetición como símbolo de círculos... el universo entero está regido por ellos
arcángel, duelen, sí. Algunos días, todavía más
fogel, somos como zoológicos de recuerdos...
altamirano, :)
stradivarius, palabras inmensas, graciasgraciasgracias
Agradezco tanto vuestras pisadas de letras...
Abrazos de paredes en blanco.
musa
feo, y apasionadamente
Apreciado anónimo,
la literatura no tiene que ser bella. De todas formas, me gustaría saber su nombre. Una crítica con nombre es siempre un punto de vista respetable.
slds
musa
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