ELLA

Foto Hans Bellmer
Unas piernas largas al lado del costurero, el ruido invisible de los cristales rotos, un hombre enfundado en un traje marrón. Fue al tomar la aguja que lo asaltaron los recuerdos de esa primera mujer y sus hombros transparentes. Mientras el hilo entraba rojo a través de los tejidos, se relamió los labios cuarteados y vino el sabor de sus muelas a alimentar la tarde. Se echó el pelo hacia atrás. La mecedora chirriaba y los hilos buscaban la salida, se desparramaban ebrios. De la segunda aparecieron sus muñecas, las delicadas manos de peluquera y las manchas de nicotina. Lo inmovilizó el amarillo. Pero el cuello de la siguiente desbarató ese flashback y el invierno se llenó de lunares, de cuerdas bucales que intentaba afinar.
Como un carnicero de la hermosura se abocó a la tarea de unir la espalda hasta que esa boca impune le prometió su lengua. Recordó su nombre pequeño, se secó el sudor. La aguja prosiguió por los jirones como una víbora de metal. El punto final era prometedor, llegarían luego aquellos pies diminutos a ultimar su obra.
Casi estaba lista. Los rizos rojos asomaban de la bolsa y los colocó donde debía. La habitación era una orgía de perfumes, el olor a formol se evaporaba.
Cortó el hilo con los dientes y la colocó de pie, las costuras no afeaban su naturaleza divina. Imaginó su voz, pasó su mano por las superficies rugosas y lo comprobó: la carne de su memoria era perfecta.

12 comentarios:

La Morsa a la Deriva dijo...

Che, le quedó medio pastiche la mina, ¿no? Qué macana, porque se ve que los cachos estaban bien elegidos...

Mónica Sabbatiello dijo...

Hilos de color sobre fondo negro.
Buen título para una pintura. Es mas, me sugiere una pintura... acaso la intente... es sugerente.
La carne de la memoria es sólo perfecta para la imperfecta memoria.
Pobre personaje... con ese sabor de muelas...
Siempre me vuelves a sorprender alma blanca con fondo negro.
/Te invito a visitar Karcoma y dejarme tu huella...encontrarás algo que conoces antes de modificaciones/
http://lakarcoma.blogspot.com/

Pete Vicetown dijo...

Nunca será la misma... solo la cosificación de su recuerdo.
Besazo.
Pete Vietown.

letras de arena dijo...

Un relato muy sugerente. Me ha gustado mucho.
Un besito.

Vigo dijo...

Siempre extraordinaria en esas metaforas tan originales y tan sentisitivas. Eres tremendamente generosa con las palabras.

Sólo un minúsculo pero: vocales? bucales?

Que hayas pasado un feliz verano.
Un beso.

MaLena Ezcurra dijo...

Me arde el corazón cuando te leo.

Te abrazo largamente.

M.

David del Cabo dijo...

"como un carnicero de la hermosura" bellísimos tus relatos.
Saludos!

Muriel dijo...

hola...
increible como escribes, no se que pasó (creo que metí mal el dedo en el pc )pero de pronto se cargó tu blog en mi navegador (lo que no es malo, gracias a mi descuido pude ver tus escritos)
eso saludos, sigue escribiendo asi que lo haces muy bien.

José Ignacio García Martín dijo...

En estos tiempos en que el paro avanza y se extiende como una plaga, reconforta ver que el sastre del doctor Frankenstein conserva su empleo.
Celebrémoslo, pues.
¡Salud!

Julio. dijo...

Precioso releerte...

RosaMaría dijo...

Sugerente analogía para un recuerdo borroso. Muy bueno. Abrazo cordial

malditas musas dijo...

morsa, algo a+s+í...

mónica, gracias ;)

pete vicetown, probablemente el recuerdo sea una máquina perfecta que mastica lo humano para elaborar cosas, y al revés

letras, abrazo amiga

vigo, eso: cuerdas bucales, así es. Gracias por tus múltiples presencias, besazos!

malena, encantada de encontrarte otra vez, no te olvido

davide, muchas gracias. Bienvenido a bordo

jade, festejo las casualidades que nos unen. Bienvenida

peatón, los monstruos tienen más trabajo que nunca en los tiempos que corren :) Gracias por visitar a estas musas, besos!

julio, agradecida por ese par de palabras gigantescas ;)

rosamaría, bienvenida

A todos,
gracias por sus lecturas,
abrazos musificados.
musa rella